Los huéspedes disfrutan en el cálido comedor de la estancia, el desayuno, el almuerzo y la cena. Los cocineros preparan exquisitos platos de cocina criolla, pan caserom mermeladas y los clásicos escones. Las empanadas servidas en el parque y el asado son el clásico de los domingos. La campana suena para ir a almorzar y cenar, parte del culto diario de la estancia.